España y Francia mantenían buenas relaciones, al punto que habían sellado una alianza, contra Inglaterra el 18 de agosto del año 1796. Pero la ambición y los intereses económicos, pudieron más que una amistad, que los había mantenido juntos, incluso en la derrota, cuando ambos sucumbieron ante el gigante inglés en Trafalgar. Napoleón, movido por su deseo imperialista, consideraba una necesidad para sus planes la anexión de España, sin la cual no alcanzaría el completo dominio del Mediterráneo.spaña no atravesaba su mejor momento, ya que los conflictos por el poder entre Carlos IV, y su hijo Fernando, habían debilitado la monarquía. En marzo de 1808, se había producido el motín de Aranjuez, por el cual había asumido al trono Fernando VII. Napoleón vio propicia la oportunidad para concretar su propósito. Con el propósito de mediar entre padre e hijo por la sucesión al trono, reuniendo a ambos en Bayona.En Bayona, Fernando fue convencido de devolver el trono a su padre, y éste de entregar el mando al emperador francés. El rey de Nápoles, y hermano de Napoleón, José Bonaparte, asumió como José I, la autoridad en territorio español.in embargo el 2 de mayo de 1808, el pueblo español, inició la resistencia, levantándose en armas contra la Francia usurpadora. El desencadenante del estallido popular fue el retiro del Palacio, de los hijos del rey Carlos IV, la reina de Etruria y el infante Fernando de Paula, con destino a Bayona. Este hecho hizo tomar conciencia cívica a la población y fue el germen del nacimiento de la lucha guerrillera. El pueblo de Madrid fue declarado rebelde.
La guerra provocó una gran crisis económica, con la paralización de la producción agrícola y la industria españolas. Provocó la conciencia de debilidad del imperio napoleónico que adivinó el fin de sus días.
Dio la ocasión a las colonias españolas en América a iniciar sus propios procesos independentistas, al desconocer la autoridad de la Metrópoli, a través de un rey cautivo, Fernando VII. El virrey, máxima autoridad colonial, ya no tenía superior jerárquico a quien obedecer sus órdenes, por lo tanto, los americanos quedaban fuera del dominio de su metrópoli y con poder de decidir su propio destino y elegir sus autoridades.
En España reasumió Fernando VII, de la dinastía de los Borbones, originándose contiendas entre conservadores y liberales.
La guerra provocó una gran crisis económica, con la paralización de la producción agrícola y la industria españolas.
Provocó la conciencia de debilidad del imperio napoleónico que adivinó el fin de sus días.
Dio la ocasión a las colonias españolas en América a iniciar sus propios procesos independentistas, al desconocer la autoridad de la Metrópoli, a través de un rey cautivo, Fernando VII. El virrey, máxima autoridad colonial, ya no tenía superior jerárquico a quien obedecer sus órdenes, por lo tanto, los americanos quedaban fuera del dominio de su metrópoli y con poder de decidir su propio destino y elegir sus autoridades.
En España reasumió Fernando VII, de la dinastía de los Borbones, originándose contiendas entre conservadores y liberales.
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